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Si te he visto, no me acuerdo



Gánate la fama y échate a dormir. Al presidente Aznar últimamente se le suponen cosas impensables hace apenas seis años. Su cambio de imagen del año pasado ha ido acompañado de rumores y noticias seguramente inventadas de cierto romance con una conocida actriz española y de una crisis matrimonial del presidente que fue desmentida con gran efusividad en su momento.

La actriz, también desmintió en su momento el rumor, llegando a amenazar a través de su abogada, Cristina Almeida, de emprender acciones legales contra los que aseguraran tamaña aberración. No se sabe si a la actriz le dio vergüenza que la relacionaran con Aznar o pretendía simplemente defender su honor.

El caso es que esa imagen con su pelo largo y su bigote blanco y cada vez más ralo, le dan cierto aura de landismo de siglo XXI, no por ello menos casposo. Ahora al presidente han intentado atribuirle el embarazo de una ministra de Sarkozy, la de justicia concretamente, de origen magrebí, que al parecer se ha quedado en estado de buena esperanza y no se conoce al padre. Al igual que la culpa, el fruto de sus amores es hijo de muchos padres y ya le han atribuido unos cuantos, entre ellos, José María Aznar.

Si es que a veces la modernidad trae estas cosas y ese aire de intelectual progresista que el presidente ha querido darse con su peinado y actitud nuevas, trae consigo que a uno le relacionen con cosas muy improbables cuando lucía el look de presidente en ejercicio y ni un pelo se movía de su sitio.

Aznar está enfadado, ya no se le respeta su intimidad, ya no es presidente de gobierno. Él mismo destapó la caja de los truenos al hacer de la boda de su hija, su vivo retrato desbigotado, un acontecimiento tan mediático del que se ocuparon todas las televisiones, radios y periódicos. Pero entonces le gustó que así fuera. Hoy no, hoy no quiere que ninguna televisión, radio o periódico se haga eco de lo que para él (y para mi, por otros motivos) es un disparate.

Pues no nos haremos eco. Un político conservador como él, un católico recibido por el propio Papa con su esposa al lado, alguien tan en contra de las libertades progresistas tales que el divorcio, el aborto o el matrimonio homosexual, alguien así, no puede serle infiel a la esposa ¿verdad presidente?, alguien así, no puede caer en la tentación, después de todo, cuando se ha gobernado una nación con brazo firme durante 8 años, se ha compartido mesa y mantel con George Bush y se ha jugado a la guerra de papá con él, alguien así no puede caer en la tentación. Alguien así está más cerca de ser un santo que cualquier otra cosa. Que la ministra se busque otro padre para el niño, si la hemos visto, no nos acordamos. Ni tan siquiera es una saludada, todo es una venganza del moro y de los franceses por el tour, el roland garros y la eurocopa. Guerra santa al infiel y al gabacho… ¡Ay, sí Franco levantase la cabeza!

Claudio

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