Seguro que alguna vez, de mayores o de niños,
han jugado al juego de las sillas musicales. Se disponen unas sillas
en el centro de una sala, los participantes deben dar vueltas alrededor
de ellas sin sentarse hasta que cese la música. Cuando la música
para, todos deben buscar un asiento libre. Naturalmente, siempre hay
más jugadores que asientos y el que se queda en pié cuando
todas las sillas están ocupadas, ha perdido.
Estos días, parece que estén jugando a las sillas musicales
con José Luis Rodríguez Zapatero y que sea su trasero
el que se vaya a encontrar sin asiento. La música de momento
sigue sonando pero aún no está claro si nuestro presidente
se podrá sentar o no en esa reunión a nivel mundial que
se va a realizar pronto en EEUU, entre los países del G8 y los
del G20 y alguno más.
Las razones para todo ello son que España no es lo suficientemente
rica para pertenecer al G8 y no es lo suficientemente pobre para pertenecer
al G20. Y además, no lo olvidemos, la animadversión que
George W Bush, a quién le quedan dos telediarios de la CNN, sigue
sintiendo por Rodríguez Zapatero al que ha ignorado todo lo que
ha podido desde que asumió la presidencia de nuestro país.
Así las cosas, la presencia de España en esa cumbre no
está garantizada. Cabe la posibilidad de que el presidente acuda
ocupando la plaza libre que el presidente francés tiene ya que
Sarkozy dispone de dos, una como francés y otra como presidente
de turno de la UE. Esta solución, que obviamente no es la mejor,
facilitaría a Rodríguez Zapatero el participar en una
cumbre en la que España debe estar.
Pero en este punto, surgen dos corrientes de opinión. Si bien
ambas corrientes coinciden que España debe estar representada
allí, unos afirman que de esta forma sería como no estar
representados ya que se acudiría sin bandera o aún peor,
bajo la bandera francesa. Esta corriente de opinión, que sostienen
algunos sectores del Partido Popular, viene a decir que Rodríguez
Zapatero por sí mismo, no representa a su país. ¿Puede
el presidente del gobierno de España acudir a una cumbre mundial
y representarse solo a sí mismo? ¿Acaso su cargo por sí
solo no hace que nos represente a todos? Es posible que se dé
demasiada importancia a los símbolos y no a los hechos.
La otra corriente de opinión dice que hay que estar como sea
y aunque sea teniendo que agradecer la cortesía a Sarkozy o a
Lula Da Silva, que también ha puesto su empeño en la participación
española en la cumbre.
España tiene una opinión que aportar en esa cumbre y
además su economía es una de las menos perjudicadas por
la crisis mundial. Todavía no se ha tenido que intervenir directamente
en ningún banco, como ha sucedido en otros países de ese
G8 y de ese G20.
Sea como sea, es necesario que cuando esa cumbre se celebre, cuando
la música cese, José Luis Rodríguez Zapatero esté
sentado en una silla como los demás.
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